Por qué los libros infantiles también son para los adultos

Hay quienes creen que los libros infantiles son solo para los niños. Que sus páginas llenas de dibujos, metáforas sencillas y palabras suaves no tienen espacio en la vida adulta.
Pero quienes hemos vuelto a abrir uno con el corazón abierto, sabemos que ahí dentro hay verdades que a veces olvidamos al crecer.
1. Contienen verdades universales
Los cuentos infantiles hablan de amor, miedo, valentía, amistad, pérdida… con una claridad que desarma. Mientras los adultos enredamos conceptos, los cuentos los simplifican sin restarles profundidad. Nos recuerdan lo esencial, lo que a veces se pierde entre la rutina y las responsabilidades.
2. Despiertan emociones que creíamos dormidas
Leer un cuento puede ser como volver a casa. Nos conecta con nuestra infancia, con lo que alguna vez fuimos, con lo que aún somos por dentro. Los adultos también necesitamos historias que nos abracen sin juzgar. Que nos hablen con dulzura, sin prisas, sin filtros.
3. Son medicina para el alma
Muchos adultos leen libros infantiles cuando están tristes, agotados o simplemente necesitan un poco de luz. La dulzura de un cuento bien contado puede tener más poder que cualquier discurso motivacional. A veces, solo necesitamos que nos recuerden que todo estará bien.
4. Nos ayudan a ver el mundo desde otra mirada
Leer un cuento infantil es volver a mirar con ojos de niño: sin cinismo, sin prisa, con asombro. En un mundo lleno de ruido, un libro para niños nos devuelve el silencio interior. Nos invita a observar, a imaginar, a detenernos.
5. Crea vínculos
Padres, abuelos, docentes… muchos adultos disfrutan los cuentos porque los comparten. Pero lo que no siempre se dice es que también los viven. Esos momentos de lectura conjunta no solo forman recuerdos para los niños, también sanan rincones del adulto que aún necesita ternura.
Conclusión:
Los libros infantiles no tienen edad. O mejor dicho, tienen todas las edades.
Son puertas pequeñas que llevan a lugares enormes. Son refugios, espejos y puentes.
Y a veces, justo cuando más lo necesitamos, un libro para niños nos recuerda lo que de verdad importa.